Noches tristes

Dejadme desahogar en esta noche tan triste,

Dejad que mi máscara caiga en público por la penumbra de la noche negra,

Dejad que mis manos sean el único instrumento de despojo y desdicha, solo por hoy,

Dejad que los cimientos de este ser tan débil recaigan en las redes del holocausto infernal de mi habitación,

Y que la soledad que hoy regresa a mi lado como siempre, sea quién me escuche…

Gritaría al mundo entero y desataría en un diluvio de eternas lágrimas las ganas de decir que hoy mi cuerpo no resiste

Con el objetivo claro de ser yo misma, una infeliz que entre cortinas se esconde

Una semilla tan única, tan pura, que jamás pudo ser cosechada,

Porque su dueño nunca puso el empeño necesario para lograrlo, o tal vez nunca existió,

Me desvelo…

Con un hombro caído y el otro a medio plano camino,

Desconfió de todo aquel que en algún momento se llamó mi amigo, mi compañero,

Pasan los años y miro en el espejo una mujer perpetuada por el calor de la soledad,

Una mujer que cambia con el tiempo, y el tiempo con el cambio no provoca prosperidad,

Porque intento tejer una tela con hilos de cordero…

 El maldito recuerdo que envenena las paredes de mi mente esta noche quiere escapar,

Quiere despertarme, quiere hacer de mi alguien que nunca he querido ser,

Porque duele, porque me pesa y me fastidia,

Quiere dejar salir a esa quimera que me vuelve loca, bestia indomable y feroz,

 Y no quiero, resisto lo más que puedo…

Las migrañas ya no llegan sin previo aviso, a reemplazo llegó el peso de las noches

Y desde entonces este delirio por alcanzar lo inalcanzable se ha vuelto mi reproche,

Dirigiendo la mirada para un solo lado, sin opción a escoger,

Desaprendiendo para crecer, y no tener que volver a caer,

Pero aun así, caigo…

Un día alcancé a tocar la médula de mi ser anhelado,

Caminaba sobre mis brazos y enmarcaba mi silueta con una pizca de amor,

Más tarde la lluvia se lo llevó de vuelta a la lejanía,

Y sigo buscando ese algo que una circunstancia me robó

Reclamando lo que fue mío, vuelve a casa esencia mía...

Mirad por la ventana a la luna que está como mi corazón partido por en medio

Y a las estrellas que contaron las veces que aprendí a callar con el paso del tiempo,

Descifrad qué es lo que aquellos astros en mi rostro también negro marcan,

Dirigid por tan solo una vez vuestra vista al otro,

Pues cada uno es un distinto prisma y el mío siempre está roto…