Noches estrelladas, en lunas como esta,
solo suelo mirar al cielo y nunca regreso a ver a lo demás,
el patio de mi casa se torna azul,
y flipando pienso que la luna es nuestro enorme
foco nocturno...
Dejando escapar algunos recuerdos de infante me suelo encontrar,
y confieso que a veces, hasta me pongo a llorar...
esta sensación es como si perteneciera a algún lugar fuera de aquí,
como si yo fuese extraterrestre, como si fuera
hija de la luna...
Enamorada de la luna y desquiciada a media noche,
bipolar por excelencia y encantada de saber de ella,
así me siento yo, mucho que conocer,
poco que ocultar, hoy sé
que me encuentro más enamorada que nunca...
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